¡Vente pa'casa quillo!
A la fuente,
corre un chiquillo
a apagar su sed,
como mudo pajarillo.
Desde el camino,
su madre le grita:
- ¡Vente pa'casa ya, hijo mío! -
- ¿No ves que el alborán revuelto está? -
Su ronquido va cubriendo
las bocas y los ojos añiles
de las moradas que rodean
los castañeros y los romeros.
El chiquillo mira a su madre,
pero de ella nada escucha;
Sólo los chillidos de sus colegas:
- ¡Quillo, o tiras o pierdes el guas! -
- ¡Dale a ver, si eres capaz! -
Revoltijo de tierra, hojas y guijarros
se mezclan clavando proyectiles
en los retorcidos cuerpecillos,
que salen despedidos tras cristales
de colores que como torbellinos,
se les escapan y huyen de ellos.
Madres acaloradas detrás de rendijas
añiles, les chirrían: ¡quillooo pa'casaaa!
Polvo, hojas, piedras, canicas, papeles,
bolsas, cajas de latón, botes de Cola Cao,...
rodean el pueblo y en medio, figuras fantasmales;
Chiquillos que disfrazados con ese caos,
van tropezando, ése con otros, camino a sus lares.
27/04/2017
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