"Gente Tóxica"
Las palabras, como ya comenté en una entrada anterior, dañan, motivan, ensalzan o hieren. Tienen tal poder en nosotros, que pueden incluso a llegar a perfilar o delimitar nuestras propias vidas.
Algunas palabras nos ayudan a salir de un mal momento, pues nos dan el aliento necesario que en esos momentos nos faltan; pero, sin embargo, otras palabras en esa misma situación, pueden llegarnos a hundir del todo y a sentirnos aún mucho peor de lo que realmente estábamos.
Si analizamos esto, la raíz de todo ello está en el poder de las palabras, pero sobre todo está en el ser humano que nos las transmite y en la importancia que para nosotros tenga. Por eso, a esas personas que con tanto empeño se acerca a nosotros y con delicadeza y con gran precisión, nos arroja un manojo de esas palabras que más que consolarnos y ayudar a elevar nuestro espíritu, nos hunden en un abismo y nos minan la moral, a esos individuos, yo los llamo sarcásticamente como alguien al que quise y admiré mucho los denominaba y yo adopté su definición, es decir, las llamadas "almas piadosas".
Esas aparentemente "almas puras, compasivas y bondadosas" que se nos acercan en nuestros malos momentos y que puede llegar a ser cualquier persona, un amigo, un hermano, un padre o incluso nuestra pareja, que con sus comentarios presuntamente "alentadores" no hacen otra cosa que entorpecer, perjudicar o bloquear nuestros esfuerzos por llevar una vida feliz y provechosa.
Las palabras de aliento, de respeto, de admiración, de motivación,... son palabras que a cualquiera de nosotros nos gusta escuchar y muchas veces precisamos oírlas con frecuencia, según sea nuestro estado de ánimo; pero, desgraciadamente, no siempre van a la par nuestras necesidades con las ganas de los otros en animarnos y entonces se produce el desfase, y sin darnos cuenta, aparece la "persona tóxica" o el "alma caritativa". Y curiosamente, ésta puede ser tóxica para una persona determinada y no serla para los demás e incluso puede que no sea consciente de serlo (lo cual es aún peor).
Para poder reconocer a una de estas singulares personas debemos de tener en cuenta que:
- ¿Sueles ponerte de mal humor o sentirte incómodo o menos después de encontrarte con ella?
- ¿Cuando estás con esa persona tienes la sensación de ser menos atractivo o inteligente?
- Si estás con ella, ¿suele ignorarte? ¿No parece hacer caso a lo que dices?
- Cuando se va de tu lado, ¿te sientes más relajado y hasta el dolor de cabeza desaparece así sin más?
- Y ¿cuándo hablas con esa persona a veces, te trabas al hablar, llegas a tartamudear o tu cara cambia de expresión?
Recapacita y medita las respuestas detenidamente, y luego piensa con quién te suele pasar. Si respuestas afirmativamente a las preguntas, te darás cuenta que esa persona influye notablemente en ti, llegando a ser capaz de cambiar tus sentimientos y comportamientos.
Por ejemplo, una persona con una autoestima baja, hará lo posible por sabotear las relaciones que puedas tener y para con ello, sentirse importante e imprescindible para ti. Como puedes deducir la mayoría de las causas de esta conducta, son los celos que le hacen actuar de una forma irracional. Porque a una persona tóxica, le molesta la persona atractiva, la que tiene éxito, la que es inteligente, la que destaca por alguna razón,...
Como es imposible gustar a todo el mundo y como tampoco es cuestión de vivir con el tremendo esfuerzo que supondría tratar de gustar el aprobado de todas las personas con las que nos relacionamos, hemos de amarnos y aceptarnos tal como somos. Pensar que cada persona es única, diferente e irrepetible y ya por ello, es maravillosa. Por consiguiente, siempre seremos para alguien una amenaza a su ego, aunque no exista razón para ello; así pues, debemos ser fieles a nosotros mismos y sentirnos orgullosos, valorados y enjuiciados en su justa medida, para conseguir el equilibrio como personas y mantener un feedback continuo de nuestra personalidad. Con ello, reconoceremos y evitaremos, que nosotros seamos o lleguemos a ser unas personas tóxicas.
Pero, también es conveniente conocer algunas determinadas clases de personas tóxicas, por si nos las hemos encontrado (y así clasificarlas) o por si nos las pudiéramos encontrar en nuestra vida:
1.- Aquella persona que siempre pisa y/o corrige al que está hablando.
2.- Aquella persona que siempre está quejándose de lo que le pasa, "el típico o la típica mártir"con la lágrima siempre en el ojo.
3.- Aquella que parece que nunca rompe un plato, la "mosquita muerta" y que luego te la pega cuando menos te lo esperas.
4.- Aquella que se derrite por un chisme, le apasionan: contarlos y que le cuenten.
5.- Aquella que disfruta difundiendo malas noticias.
6.- Aquella persona típica en ideas machistas, da igual el sexo que tenga.
7.- Aquella que parece saberlo todo, el "sabelotodo".
8.- Aquella persona que le encanta meter sus narices en todo, es decir, el o la "entrometid@".
9.- Aquella que se cree el centro del mundo, el "mayor simpátic@" del mundo. Y por supuesto,
10.- Aquella persona que nos mira por encima del hombro a todos.
Definitivamente, hay que evitar encontrarse con uno de estos especímenes del grupo de personas tóxicas, aunque en verdad, lo tenemos bastante complicado porque si no es con una, nos encontraremos con la otra. Por tanto, lo que debemos de aprender es que no nos afecten esos comentarios "piadosos" y en último lugar, lo único que podemos hacer es respirar hondo, intentar mantener el control de nuestra mente y emociones, y por supuesto, ser comprensivos con esas personas: es obvio que no tienen mucho o nada de amor en sus vidas y precisan reafirmarse para sentir que son algo en esta vida.
Intentaremos ir practicando, convertir el coraje en fortaleza interna y mantener el control mientras recibimos el comentario o la actitud negativa. Tal vez, ésta sea una manifestación de reacción al dolor. a la soledad o al vacío interior.
¡Hasta pronto, cómplice!
Para poder reconocer a una de estas singulares personas debemos de tener en cuenta que:
- ¿Sueles ponerte de mal humor o sentirte incómodo o menos después de encontrarte con ella?
- ¿Cuando estás con esa persona tienes la sensación de ser menos atractivo o inteligente?
- Si estás con ella, ¿suele ignorarte? ¿No parece hacer caso a lo que dices?
- Cuando se va de tu lado, ¿te sientes más relajado y hasta el dolor de cabeza desaparece así sin más?
- Y ¿cuándo hablas con esa persona a veces, te trabas al hablar, llegas a tartamudear o tu cara cambia de expresión?
Por ejemplo, una persona con una autoestima baja, hará lo posible por sabotear las relaciones que puedas tener y para con ello, sentirse importante e imprescindible para ti. Como puedes deducir la mayoría de las causas de esta conducta, son los celos que le hacen actuar de una forma irracional. Porque a una persona tóxica, le molesta la persona atractiva, la que tiene éxito, la que es inteligente, la que destaca por alguna razón,...
Pero, también es conveniente conocer algunas determinadas clases de personas tóxicas, por si nos las hemos encontrado (y así clasificarlas) o por si nos las pudiéramos encontrar en nuestra vida:
1.- Aquella persona que siempre pisa y/o corrige al que está hablando.
2.- Aquella persona que siempre está quejándose de lo que le pasa, "el típico o la típica mártir"con la lágrima siempre en el ojo.
3.- Aquella que parece que nunca rompe un plato, la "mosquita muerta" y que luego te la pega cuando menos te lo esperas.
4.- Aquella que se derrite por un chisme, le apasionan: contarlos y que le cuenten.
5.- Aquella que disfruta difundiendo malas noticias.
6.- Aquella persona típica en ideas machistas, da igual el sexo que tenga.
7.- Aquella que parece saberlo todo, el "sabelotodo".
8.- Aquella persona que le encanta meter sus narices en todo, es decir, el o la "entrometid@".
9.- Aquella que se cree el centro del mundo, el "mayor simpátic@" del mundo. Y por supuesto,
10.- Aquella persona que nos mira por encima del hombro a todos.
Intentaremos ir practicando, convertir el coraje en fortaleza interna y mantener el control mientras recibimos el comentario o la actitud negativa. Tal vez, ésta sea una manifestación de reacción al dolor. a la soledad o al vacío interior.
2 comentarios:
Marta, con palabras no puedo describir lo que me ha gustado esta entrada, será que me siento tan identificada, pero sin querer ser tan egoísta quiero pensar que seguramente yo, también debo ser tóxica para otras personas ya que nadie somo perfectos ni debemos serlo por supuesto pero si deberiamos aprender cada día a hacer el bien a los demás a procurar hacer felices a los que nos rodean y no mirarnos tanto el ombligo.
Mi querida amiga: me temo que todos hemos sido en algún momento "gente tóxica" sin percatarnos de ello y con el mejor de nuestros intereses, el de consolar y ayudar a otro ser que sufre.¿Recuerdas cuando de niña nos decían "no llores mi niña que te vas a poner fea"? La primera parte desde luego era algo positivo, pero "lo de ponernos fea por llorar" además de tener una tinte machista, era directamente tóxico. Y si lo pensamos bien, entre las personas que nos lo pudieron decir estaba nuestra madre. Yo estoy segura que mi madre como la tuya y la todos, salvo excepciones, desgracidamente, desean el bienestar de sus hijos y por supuesto su felicidad; pero al decirnos esa recomendación, evitaban que mostráramos y manifestáramos nuestros sentimientos o emociones con total libertad y por supuesto, con la segunda parte, ya nos dejaba KO porque encima nos dejaba caer que las mujeres que lloran son las feas.
¿Te das cuenta como podemos tener hasta una "alma tóxica o caritativa" al lado nuestro o ser nosotras mismas sin percatarnos de ello? Sin embargo, yo creo que en algunas personas existe una clara intencionalidad en sus comentarios y ésa son realmente las personas nocivas, las negativas, de las que tenemos que huir.
Me ha encantado que por fin pudieras entrar en los comentarios y dejar tu valiosa aportación. Muchísimas gracias por ella y espero ver otra muy pronto. ¡Sé feliz!
Vesta
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