SOS "Alma en Peligro"
"Por favor, ¿me ayudas a ayudar?"
Se quebró por dentro, como una rama seca y sin vida. Nuevamente el obstáculo de desconocer regular sus emociones, la había abatido.
Hacía muchos años, desde su niñez, que fue marcada a fuego lento y la enorme cicatriz que dejó todo ese mal que vivió, la acompañan un día tras otro. Pero, su fortaleza física es digna de mención y de total reconocimiento por todos.
Ha tenido que sufrir lo imaginable en su propio y maltrecho cuerpo. Ya no posee la lozanía en su físico. Los años le pasan factura, mermando sus facultades para poder realizar los proyectos físicos que se ha planteado. En ciertas ocasiones, lo ha conseguido e incluso se ha sentido la persona más orgullosa de sí misma en todo el firmamento.
No sé bien cómo decirlo, cómo explicarlo para que logres entender lo que preciso decir de esa persona. Su físicO ha sido durantemente maltratado, sus carnes se debilitan y caen estrepitosamente y su amor por su fisionomía ha fracasado, hasta el punto, que no se mira en el espejo más que para lavarse la cara y peinarse, y por supuesto, en el más mínimo de tiempo. Cuida a su cuerpo, lo mima y lo trata con muchísima dulzura, a pesar de todo.
Pero exsite algo más fuerte que su parte física. Es tan fuerte y poderoso, a la vez, que despiadado, que consigue enfermar, pero mucho más a esa fortaleza física que la sostiene.
Me refiero a sus emociones, su forma de expresarlos, su manera de asimilarlos y de adaptarse a las circunstancias que le plantea la vida. En ello, es un verdadero desastre. Se puede llegar a sentir arrastrada, golpeada y destrozada por dentro, de tal forma que se siente incapaz de digerir, asimilar y aceptar; y todo eso, porque sus sentimientos y con ellos, sus emociones, la paralizan, le hacen sentirse como el ser más despreciable, infame, rastrero,,,, Y ¡claro! ésto si que es capaz de hacer el mayor de los daños y contribuír a empequeñecer a esa fortaleza exterior, dominando por completo la situación, romperla a trocitos su alma y haciéndole pensar que la única salida es desaparecer.
Se enfurece con tal magnitud que ha robado la capacidad de horadar su maltrecha, pero luchadora autoestima. No sabe cómo digerir esto; no encuentra remedio ni en los profesionales porque tarde mucho o poco, vuelve a caer en sus redes.
Dime tu, cómplice ¿cómo lo manejas tú? ¿Le podría valer a esta entrañable y maravillosa persona, a la que admiro y a la vez, me invade una lástima espantosa (una rabia portentosa por la incapacidad que siento no poseer para ayudarla), mucho cariño y que ella destesta con tantas ganas?
Precisa de tu ayuda. Te ruega que le ayudes, que le ayudemos tod@s a fortalecer su ánimo y su interior, donde su luz está cada día más agotada y nos impide mirar más allá de lo que expresa artísticamente su Yo físico.
¡Hasta pronto, cómplice! Esa vez, soy yo quien busca consuelo para esta persona. Te he dado mucho, creo que merezco más que indiferencia, ¿no crees?
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