"Nunca me olviden, hermanas"
Una mujer estaba sentada en un sofá, tomando té helado con su madre. Mientras hablaban de la vida, el matrimonio, las responsabilidades y las obligaciones de la edad adulta, la madre hizo sonar los cubos de hielo en su vaso fuertemente y luego miró fijamente a su hija.
"Nunca te olvides de tus hermanas", le advirtió, dando vueltas a las hojas de té en el fondo de su vaso.
"Ellas se volverán cada vez más importantes con el paso del tiempo. No importa cuánto ames a tu esposo, no importa cuánto ames a los hijos que tengas, vas a necesitarlas.
Recuerda salir con ellas siempre, hacer cosas con ellas siempre. Recuerda que cuando hablo de tus Hermanas, me refiero a TODAS las mujeres: a tus hermanas, a tus amigas, a tus hijas, y a todas las otras mujeres que estén ligadas a ti. Las vas a necesitar.
Ella escuchó a su madre. Mantuvo contacto con sus hermanas y cada vez tuvo más amigas con el paso de los años. Conforme estos fueron pasando, uno tras otro, ella fue entendiendo, gradualmente, a lo que su madre se refería.
Conforme el tiempo y la naturaleza presentan sus cambios y sus misterios en la vida de una mujer, tus verdaderas Hermanas siempre permanecen.
Después de años de vivir en este mundo, esto es lo que llegas a aprender que:
- El tiempo pasa.
- La vida ocurre.
- Las distancias separan.
- Los hijos crecen.
- Los trabajos van y vienen.
- La pasión disminuye.
- Los hombres no siempre hacen lo que se supone que deberían hacer.
- El corazón se rompe.
- Los padres se mueren.
- Los colegas olvidan los favores recibidos.
- Las carreras o profesiones llegan a su fin.
Pero...Tus Hermanas, siempre están ahí, no importa a cuánto tiempo ni a cuántos kilómetros haya entre ustedes. Una hermana nunca está demasiado lejos para llegar a ella cuando la necesitas.
Cuando tienes que caminar por un valle solitario y tengas que hacerlo por ti misma, las mujeres de tu vida, estarán alrededor del valle, alentándote, orando por ti, empujándote, interviniendo por ti, y esperándote con los brazos abiertos al final del camino. Algunas veces, incluso romperán las reglas y caminarán a tu lado...O te llevarán cargada.
Hermanas, amigas, hijas, abuelas, madres, suegras, nueras, cuñadas, nietas, tías, primas, sobrinas: ¡son una bendición en la vida!
Cada día, seguimos necesitándolas. Hazles saber lo que sientes a todas esas mujeres que contribuyen a darle significado a tu vida.
Yo acabo de hacerlo porque las quiero. ¡Ayúdadme a que puedan sobrepasar incluso sus propias expectativas, a que brillen más en los sitios más oscuros, a protegerlas en cualquier momento, a levantarlas encima de todo cuando lo necesiten y a hacerles saber que cuando caminen a mi lado, estarán siempre a salvo!
¡¡Os quiero hermanas!!
¡¡Os quiero amigas!!
¡Hasta pronto, cómplices!
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