"Me comentó mi corazón..."
- "Hoy estás contenta y entusiasmada porque vas a conocer a otro corazón, ¿verdad?" -
- Sí, así es. Me embarga una enorme curiosidad por conocer, de tú a tú, a ese corazón que hace poco que conozco, pero que desde el principio me pareció que poseía buenas vibraciones, que poseía un talante generoso y afable y que coincidía con mi corazón en muchos aspectos artísticos comunes a ambos.
Cuando llegó el momento del encuentro, ambos corazones mostraron sorpresa, a pesar de tener cierta idea uno del otro; pero especialmente, mi corazón se percató inmediatamente que el otro lo veía como un órgano en sí, buscando en él sus posibles cualidades destacables y sus facultades sobresalientes del resto de corazones probables de conquistar con sus cualidades y su naturaleza intrigante, sus atributos masculinos y sus posibles capacidades de seducción. Evidentemente, el equilibrio y la armonía, que en un principio, se presuponían, se abatieron al suelo de forma estrepitosa.
Mi desvalido y solitario corazón tropezó ostensiblemente en mi pecho, apuntando querer salir, una y otra vez, impidiendo que el aire fluyera de forma común, viéndose empujando violentamente hacia el exterior, dificultando que mi corazón continuara con un parloteo legible, claro y con sentido.
Se fue calmando y los golpes se fueron amortiguando poco a poco y lentamente.
Pasado un tiempo de "agradable, interesante, en algunos casos hasta una cautivante intercambio de información entre los dos corazones, el tiempo pasó a ser más distendido, afable y hasta por momentos, placenteros". Sin embargo, por momentos, volvía mi corazón a sentir ese desasosiego que me llevaron a plantearlo al otro corazón, con la finalidad de resolver las posibles equivocaciones, si las hubiera o simplemente, para darle al otro corazón su derecho a expresar lo que quería haber dicho o sentido con esa postura. A pesar de intentar "camuflar" tal procedimiento, la verdad salió a flote y como mi corazón había sentido, "las apariencias físicas habían hecho crear falsas esperanzas en la apariencia de mi corazón" (un corazón del montón, noble, justo, sano, honesto, complaciente, agradable,...) y muchas calificaciones positivas más, pero no tan coqueta, frívola, casquivana o exhuberante que suelen acelerar el corazón masculino y el femenino.
Mi corazón, sintió deseos incontrolados de despedirme, buscando cualquier excusa, antes de que mi corazón se encongiera y comenzara a sentir deseos de obedecer al llanto, que lanzaba sin parar sus necesidades. A todo esto, se unieron otros temas que me pusieron con la espada en la pared, al asegurarme el otro corazón que mi accidente vascular, se podría haber evitado. Todo esto, fue creciendo para mi como una ola inmensa, que a pesar del cariño, la comprensión, la generosidad del otro corazón al mío, pero que no llegó a percatarse del estado de mi corazón después de haberle confesado algo realmente importante y muy reciente por el que había pasado mi corazón.
Aquel corazón, era gentil , cortés, atento, educado, correcto, además de muy caballeroso; pero, no fue capaz de darse cuenta del daño que me estaba produciendo con sus "buenas intenciones"; simplemente, no era el momento. Y ya por último, y a pesar de tomarse un café, sus ojos y su cara delataban el sopor que le estaba causando la conversación de mi aflijido corazón. Aunque le comenté aspectos que me causaban dolor o sufrimiento, con una gran exquisitez puso fallos a los pasos que intentaba hacer mi corazón por mejorar y sorprendente pues, o había elegido mal el camino o su "agnosticismo" lo transformaba en lo contrario.
Tal vez, mi corazón hiciera algo que le pudiera haber molestado en algún modo y si es así, le pide humildemente disculpas.
Mi corazón me confesó que se sintió cortado y que, aunque el otro, habló de vernos en más ocasiones, mi corazón lo duda convincentemente.
Después de todo, mi corazón después de llorar hasta decir basta, cosa, que por otra parte, necesitaba urgentemente, aprendió que no por mucho desear tener un amigo, éste siente los mismos deseos que tú; que la extrema sinceridad y el darte tal cual eres, no implica que el otro corazón sea igual, que si eres un corazón con una discapacidad, por muy capaz, valiente, fuerte, femenina, inteligente,... que seas, si no tienes un cuerpo que impresione gratamente, siempre está el recurso de "aquí tienes un amigo para lo que necesites" y sientes que si el envoltorio fuese mucho más atractivo, además de ofrecerse como amigo, sin dudarlo, los requiebros volarían.
Ahora no sé, si esto es el fin de la aventura de mi corazón por tener más amigos y diferentes o acepta lo que mi corazón percibió, sintió y le dolió y ponga punto final a todo. El tiempo lo dirá. Los corazones hablarán,... o no. Ya se verá. En cualquier caso, ha sido una experiencia de aprendizaje valiosa y que volvería a repetir, pero con un corazón con otro talante.
P.D.: Me dijiste plasma lo que sientes, tal cual, déjate llevar. Y esta es mi forma de hacerlo. Gracias por la sugerencia.
¡Hasta pronto, cómplice!
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