"Un Incendio en la cumbre de Gran Canaria"
"Lo Nunca Visto en la Isla"
Federico Grillo, jefe de los equipos Presa del Cabildo de Gran Canaria
El incendio que mató a una mujer y arrasó 2.700 hectáreas la semana pasada en la cumbre de Gran Canaria se propagó en sus inicios como el que costó la vida a 20 personas en 1984 en La Gomera, de una manera «eruptiva» que «rozó casi la deflagración», formando un «tsunami de fuego».
El jefe de los equipos Presa del Cabildo de Gran Canaria, la élite de las brigadas forestales de la isla, Federico Grillo, explicó este miércoles cómo se extendió el fuego desde la zona donde se originó, a poca distancia del Parador Nacional de Turismo de la Cruz de Tejeda, y cómo se combatió en unos momentos en los que su frente estaba fuera de control y obligó a la evacuación de 800 personas.
Este ingeniero técnico forestal, especializado en el análisis de fuegos, ha destacado que «nunca se había visto en la isla» una evolución semejante de un incendio, al que se logró atajar para que no se extendiera por los montes de Valleseco ni hacia el sur por la cuenca de Tirajana, lo que hubiera creado «un problema muy grave».
Grillo ha subrayado además el peligro que suponían las pavesas despedidas por las llamas a su paso por los pinares, que pueden llegar a prender nuevos focos a distancias de hasta 15 kilómetros, como ocurrió el pasado año en La Palma o en 2007 en Tenerife.
Detalló que cuando el fuego, en sus inicios, tocó el barranco camino de la Cruz de Tejeda «ya se vio que se iba a desparramar», por lo que enseguida se optó por desalojar el Parador y los restaurantes y casas aledañas, así como las viviendas de Las Lagunetas y Cueva Grande, en el municipio de San Mateo, lugares donde se hicieron las primeras evacuaciones.
Así mismo, explicó que enseguida el incendio «saltó» a la vertiente norte de la isla y, que cuando se vio que no se iba a poder controlar con los medios que se disponía, se acordó declarar el nivel 2, por lo que la coordinación pasó al Gobierno canario.
Entre las situaciones de peligro a las que se enfrentaron los efectivos de extinción, Grillo narró cómo organizó un confinamiento en el área del Pozo de Las Nieves, donde se encuentra el Escuadrón de Vigilancia Aérea Nº 21 del Ejército del Aire y existe un polvorín, a casi 2.000 metros de altitud.
En este lugar había treinta personas, entre ellas él mismo, que optaron por permanecer allí, al verse rodeados por las llamas, que llegaron a alcanzar los 40 metros, porque se entendió que era un refugio seguro, ya que contaba a su alrededor con una franja de protección de quince metros que se hallaba limpia de maleza.
Primer día sin humo en la cumbre de Gran Canaria tras el incendio
Sobre esta cuestión, explicó que las zonas donde los efectivos del Cabildo han hecho quemas controladas durante los últimos inviernos para descargarlas de biomasa han funcionado bien para contener el fuego, así como que las carreteras y los collados de Cruz de Tejeda, la Goleta y el Roque Nublo sirvieron de barrera.
El jefe de la unidades Presa incidió en que es muy importante desarrollar una labor de concienciación ciudadana sobre la limpieza de las zonas rurales para evitar que se produzcan fuegos como éste, sobre cuya causa ha declinado ahondar al estar sujeta a investigación judicial y cuya extinción completa esperan lograr en los próximos días.
"El antes y el ahora del incendio de Gran Canaria"
El incendio cambia el paisaje de Gran Canaria. Son fotos de los mismos enclaves y desde la misma perspectiva, pero el color ha cambiado. En medio, un incendio que arrasó parte de la isla durante cinco noches y seis días.
ANTES
Pinar de los Pilancones. Es donde empezó todo pasadas las dos de la tarde del 27 de julio de 2007, cuando un pirómano encendió un fósforo y la mecha prendió entre la pinocha. El paisaje de Pilancones ha cambiado del verde al ocre de quemado, nada que ver con el otoñal. Imagen anterior, la misma foto tras el incendio.
AHORA
ANTES
En Ayagaures. Se puede ver el caserío de Ayagaures Alto después del incendio que quemó 8.000 hectáreas en la cumbre y sur de Gran Canaria. Ayagaures fue uno de los núcleos poblados más afectados por el fuego, junto a Fataga, Cercados de Araña o Veneguera. Imagen posterior, el mismo paisaje pero después del incendio.
AHORA
ANTES
AHORA
Pinos centenarios. Más de dos semanas después de iniciarse el fuego, todavía quedan zonas humeantes y el incendio no se ha declarado oficialmente extinguido. En la foto, el impresionante paisaje desde la Cruz Grande muestra las heridas del fuego en la cumbre grancanaria. Arriba, el mismo paisaje antes del incendio.
ANTES
AHORA
Otra vez Pilancones, uno de los pinares emblemáticos de la Isla. A pesar del gran daño que el incendio ha causado, hay muchos supervivientes que han salido intactos de este infierno, sobre todo varios ejemplares centenarios localizados en Inagua, el entorno de la presa de Las Niñas. Un ejemplo es el famoso pino de Pilancones, en la zona donde se inició la tragedia. Imagen anterior, la zona antes del incendio.
ANTES
AHORA
La tragedia humana. Foto de una vivienda de Ayagaures antes y después del incendio. Las palmeras quemadas, el monte que se vuelve negro, la coqueta casa tradicional canaria de balconada verde vencida por las llamas. Este fuego ha herido en lo más profundo la riqueza medioambiental de Gran Canaria, pero también la vida de numerosas personas que han visto cómo ardían sus hogares y recuerdos. El fuego obligó a desalojar varios barrios de Tejeda, Mogán y San Bartolomé de Tirajana, y el drama de los vecinos aumentaba a medida que se avivaba el fuego traicionero. Los afectados esperan ahora las ayudas para levantar nuevamente los muros y recuperar sus vidas.
A continuación, Canarias7 (un periódico local) ha realizado un vídeo-recorrido 360º en coche, por la carretera que une la Degollada de Becerra con la Cruz de Tejeda en Gran Canaria. Podrás desplazarte por él para ver los efectos del incendio forestal.
Te invade un sentimiento de inmensa tristeza y de total impotencia, al contemplar como ha quedado la cumbre de tu isla y el recuerdo que tienes aún de ella, verde, frondosa, llena de vida, hermosura y de una gran muestra ecológica que de pronto, ha muerto, ha fallecido y que tardará muchísimos años en volver a generarse. Lamentar la pérdida del ser humano y de los animales que no consiguieron salir a tiempo.
A ti, mi cómplice me veo en la necesidad de pedirte hoy más que nunca, de una complicidad por tu parte. Cuando sucedió el incendio me fue imposible hacer una referencia de él. Habían otras noticias que acaparaban una mayor atención por parte de los lectores y me debo a ello; pero, no quise dejar hacer una reseña y dejar pasar esta terrible tragedia medioambiental y especialmente, para el pueblo grancanario, de una parte del pulmón de su isla, que también es la mía. Gracias por tu comprensión, sensibilidad y solidaridad.
¡Hasta pronto, cómplice!
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