Decido "Ser Feliz"

"Quiero ser feliz"

He elegido ser feliz. Ser feliz es algo que podemos elegir a pesar de todas las contrariedades que podemos encontrar en el camino de nuestra vida; pero, el poder de elección únicamente está permitido en ciertos presentes que ésta nos ofrece, y uno de ellos es la de ser feliz. 

Yo decido ser feliz porque quiero amistades que me aporten estímulos positivos a mi vida y decido dejar a un lado, aquellos que no son capaces de aportarme nada más que sufrimiento y negatividad. Yo decido ser feliz porque es bueno para mi salud y me proporciona mejoría y una estabilidad emocional y física superior a otros estados emocionales más complejos. 

Todos tenemos la opción de poder elegir vivir en la amargura o intentar buscar ser felices. Aunque existan momentos en la que nuestras emociones se sublevan y aparecen instantes de rabia, rencor, frustración,... debemos de saber controlarlas y hacerlas parecer sólo pasajeras y que se queden atrás. Es importante saber dominar tales emociones negativas y todo aquello que pueda impedir que surja lo que realmente llevamos en nuestro interior: la luz de la felicidad.

Como bien dijo Henry Van Dike:

"La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos."

Una forma de tratar de ser feliz y que a mi me funciona, consiste en ayudar a otras personas, por mínima que parezca esta ayuda; pero, todos esos instantes van conformando tiempos de felicidad al día que superan a los menos felices.

Todos somos responsables de nuestros actos, si éstos son positivos y además son productivos porque hemos conseguido con ellos que una persona sea feliz o bien, sea menos infeliz o bien, comience a ver la vida con atisbos de optimismo, ya con ello, hemos ganado un día de felicidad.

Pero, también hemos de tener en cuenta que, las personas que se sienten amargadas, también tienen una parte de responsabilidad en su modo de ver la vida y de ellas, depende una gran parte, que esto cambie. Por tanto, no debemos olvidar que la decisión de ser feliz en último lugar, es nuestra siempre (aunque exista veces que nos cueste llegar a verla). Si te sientes atraído por una luz, síguela porque sin duda alumbrará tu interior y te ayudará a encontrar tu propia felicidad. Conduce tu propia felicidad, deja tus propias huellas, enciende tu propia luz interior, ... porque con todo este esfuerzo, te percatarás del verdadero valor que tiene ser feliz. Tómate tu tiempo, lleva tu ritmo, pero sé constante y fija una única meta: ser feliz todo lo más que puedas. 

Recuerda que cada día que vives es una ocasión especial en tu vida y ésta, por muy dura que se ponga a veces, se ve mejor siempre detrás de una sonrisa por pequeña que sea. A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa, sino sólo las lágrimas; ante esto, hay que saber decidir por las más hermosas y por aquellas que nos van a proporcionar un alivio a nuestro interior y con ello, la fuerza necesaria para llegar a rescatar nuevamente, el ser feliz.  

Ten siempre ilusiones para seguir, aunque no sean tangibles y tampoco las sientas cercanas o alcanzables, pero mantén encendida la llama de la ilusión en tu vida. Porque el que quiere algo, encontrará el camino, pero el que no se ilusiona por nada, jamás se moverá de su sitio y siempre encontrará una excusa para ello. 

Dicen que ser feliz es como una mariposa que cuanto más la persigues, más te eludirá; pero, si vuelves tu atención a otras cosas, vendrá y suavemente, se posará en tu hombro. Es decir, que ha de existir esa ilusión, pero no debemos obsesionarnos por atraer la felicidad a nuestra vida. Será ella la que se presentará en nosotros, cuando estemos preparados interiormente para poder manejar nuestros momentos para ser feliz. 

¡Vive cómplice y sé feliz con tu vida!

¡Hasta pronto, cómplice!