"Sentimientos vs. Razón"
A primera vista, todo lo dicho anteriormente parece una especie de galimatías difícil de esclarecer, pero no es así.
Las personas, como tú y como yo, en ocasiones, ante la toma de determinadas decisiones nos vemos en una disyuntiva: dejarnos llevar por nuestros sentimientos o por nuestras emociones, o bien, utilizar la razón como única arma para llevar a cabo nuestra resolución, cuando lo ideal sería que existiera una confrontación entre ambas posturas y a partir de entonces, se estableciera el equilibrio mental-emocional necesario para llegar a tomar una evaluación justa y equitativa y sobre todo, que nos haga sentir felices.
No siempre es así. A veces, las emociones superan a la razón o ésta a las emociones en el momento de decidirnos por una o por otras y de ésto, depende nuestra felicidad.
Si tomamos una decisión, llevado por cualquiera de las dos posturas mencionadas anteriormente, lo que buscamos es un equilibrio en nuestro interior que nos proporcione felicidad. Pero, ¿y si nos dejamos llevar por la postura correcta y aún así no conseguimos la felicidad? ¿Sería el momento de cuestionarnos nuevamente la postura a elegir o el tipo de felicidad que esperábamos? Sin duda, todo ello nos produciría un grado significativo de stress primordialmente y después, un desequilibrio entre lo que queremos y lo que es bueno para nosotros.
En definitiva, este desequilibrio nos encaminaría hacia la falta de salud. Por ello, debemos perseverar en nuestros intentos de descubrimiento de nuestro propio equilibrio, dando cabida a ambas posturas sin darle una mayor importancia a priori a una de ellas sobre la otra, puesto que, este detrimento podría dar lugar a estados de no salud, especialmente cuando tratamos aspectos emocionales.
Debemos mantener nuestro ser interior libre de emociones negativas y así, conseguiremos mantener nuestra salud libre de malas influencias porque un interior sano es el reflejo de un ser sano y viceversa. Potenciar el Pensamiento Positivo y la creatividad, contribuye a sostener individuos sanos.
Todo esto forma parte de un proceso entre el pensamiento, la razón, las emociones y los sentimientos. Es un proceso con el que se gana la paz interior, es lento, es trabajoso, pero no imposible.
Puedes conseguir por momentos, a esta paz interior, a la felicidad en sí misma, mediante el equilibrio entre la constancia y la práctica del pensamiento positivo, de nuestra creatividad y de nuestro razón.
Y recuerda:
¡Hasta pronto, cómplice!
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