"¿Me das un abrazo?"
Abrazar es una de las acciones de origen emocional más agradables y reconfortantes, tanto para el que lo da como para el que lo recibe; además, abrazar implica una serie de factores positivos para nuestro organismo que he intentado resumir en este decálogo:
1. - Mejora nuestro flujo sanguíneo.
2. - Genera bienestar a nivel general, puesto que alborota la oxitocina (hormona que podría estar involucrada en la formación de relaciones de confianza y generosidad entre personas) y ésta nos llena de alegría.
3. - Alivia tensiones y por consiguiente, el estrés de ambos, al contribuir a conseguir el equilibrio emocional.
4. - Proporciona felicidad, que se traduce en paz y armonía interior, ya que libera dopamina, una hormona que entre otras cosas, es la encargada de los sentimientos y con ellos, del buen humor y la motivación.
5. - Aumenta nuestra autoestima (especialmente, en los niños) y el grado de empatía.
6. - Acrecienta contundentemente el sistema inmunológico.
7. - Beneficia de forma recíproca, ya que es una gran muestra de amor y apoyo.
8. - Consigue el alivio del corazón en pena porque nos ayuda a ser más pacientes o lo que es lo mismo, más tolerantes para afrontar cualquier contratiempo que se nos presente.
9. - Origina uno de los más sanos hábitos emocionales porque contribuye a comunicar muchas emociones sin decir ni una sola palabra.
10. - Promueve un tipo de solidaridad activa porque el/la que abraza, tiende a repetir esta acción con otros semejantes.
Por consiguiente, un abrazo llega a ser un acto de vital importancia para el ser humano, por su poder sanador tanto físico como emocional. Asimismo, se trata de una de las formas más generalizada de expresar nuestros sentimientos más allá de las palabras y ésto en sí mismo, es fundamental para muchas personas que tienen dificultades en manifestar sus sentimientos con palabras y con un simple abrazo, les ayuda a que surjan a partir de él las palabras.
Abrazar a alguien que estimas o que quieres siempre resulta gratificante, porque el contacto con la otra persona, la calidez, la seguridad, el amor, la comprensión, la felicidad y la fortaleza que llegas a sentir en unos instantes, hará cambiar hasta tu actitud frente a ella y esa candidez que se traduce en un abrazo nos acerca al alma del otro y nos coloca a los dos a la misma altura y nivel.
Yo, desde aquí, te insto a abrazar más a tu prójimo, a tu igual, a tu pareja, a tu hermano, a tu madre, a tu amiga,... porque siempre saldrás ganando parte del amor del otro, lo valorarás más y apreciarás mucho más el valor que tiene en sí mismo y en tu vida. Además siempre que das, saldrás ganando.
Y recuerda:
¡Hasta pronto, cómplice!
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