"Me Concedo El Derecho de Ser Yo Misma"

"Me Concedo El Derecho de..."

1.- Alejarme de esas personas que no me tratan con cariño, que me desprecian, que me ignoran, que me humillan, que no me merecen, que pasan a mi lado y no me saludan, que dicen ser mis amig@s o que me quieren y ni siquiera me llaman o me visitan para preguntar por mi estado. 

Por tanto, Proclamo a todas esas personas fuera de mi vida o a mi persona, libre totalmente de ellas. 

2.- Me Permito Abandonar el papel de persona mediadora, el de hermana mayor y supuestamente, la que debe unir, confrontar maternalmente los sentimientos de las otras, mandar señales de amor, de fraternidad, de estimulación, de servir de amparo, de repetir una y otra vez, "¡qué orgullosa estoy de ti; sé que tú podrás con eso y con más porque tienes la valía para ello!; ¡eres GRANDE, MUY GRANDE; "FUERZA Y HONOR", CAMPEONA! 

En definitiva, Dimito de ser la "cheerleader" de un equipo donde cada una va por su lado y donde el único vínculo que va quedando entre las cuatro es el sanguíneo. ¡Jo, cómo me duele esto! Llegar a reconocerlo, admitirlo y aún más, manifestarlo.

3.- Reconozco mi afán por ayudar a los demás, por poseer el gen del servilismo en mis entrañas, por sentirme obligada a satisfacer los deseos de los otros, por buscar la recompensa de mis actos o de mis alientos hacia ellas para poder sentirme útil, valiosa y apreciada. 

Confieso mi tremenda Equivocación no en el acto en sí, sino en la finalidad de sí mismo porque jamás me sentiré recompensada por lo que he dado al otro, porque jamás el otro me otorgará de igual forma y con la misma calidad lo que yo he concedido. La cultura y educación que he tenido me han llevado a esta forma de actuar que, gracias a mi propio desarrollo y al "método del aciertos y errores", terminas tropezando tantas veces en esa misma piedra y levantándote otras tantas, que aprendes. ¡Ya lo creo que aprendes! 

4.- Aprendí que ayudar y ofrecer tu amor a los demás es de las cosas más satisfactorias, agradables, amenas, provechosas y productivas para tu ser interior y para el desarrollo como ser humano porque ante todo, lo haces porque los beneficios que obtienes son mucho más ventajosos que los posibles "déficits", y que la sutil diferencia estriba en que ya no esperas más que tu propia satisfacción, tu propia felicidad y sentir como se hincha tu ego de Autofelicidad.  ¡¡Y esto es más ricooooooo... !!

5.- Pedir ayuda cuando la necesito, sin el apuro de sentirme avergonzada por ello porque estoy molestando a otra persona, porque estoy hurtando el tiempo de esa persona en mi beneficio, por pensar que esa persona no le apetece prestarme su atención, a pesar de habérmela ofrecido miles de veces, por cualquier motivo que no sea pasar un tiempo conmigo ofreciéndome su apoyo porque, como me sucede a mi, disfruta haciéndolo y se sentiría muy mal si llegara a enterarse de que no la solicité habiéndola necesitado. 

Me aplico la idea que las personas a las que les importo y me quieren de verdad, son felices ayudándome y se sienten contentas porque yo las he considerado para solicitarles su colaboración. ¡Ayyyyyy, los pensamientos equivocados y enquistados que todos tenemos, qué daño hacen,... hasta que...ayyyy, aprendes!

6.- Reclamo mi libertad para pensar, para sentir, para emocionarme, para enojarme, para temblar de miedo, para revolcarme de dolor físico, para escribir lo que me venga en gana, para llorar y no esconder mi tristeza o mi alegría, es decir, para no reprimir mis emociones ni mis sentimientos, para hablar como sé, de lo que sé, como sé y cuando lo crea conveniente, para reirme  de mis errores y pasármelo estupendamente con ello, para seguir añorando mi cuerpo de hace unos años, para sentirme orgullosa de lo que hago con mi cuerpo actual tal como está, para elegir  lo que sea, para sentirme orgullosa y satisfecha de no ser perfecta y usarlo como uno de mis emblemas,...; 

Elijo mi derecho de no ser o de no sentirme la víctima de nada o ni de nadie nunca más. 

7.- Me acepto como un ser único, maravilloso, irrepetible, imperfecta, libre, ilustrada con creces en algunas peculiaridades que posee la Vida, aprendiz de todo aquello que me sigue maravillando, pero aún bastante novata en el proceso de la Vida, un ser que sigue fascinándose con la sonrisa de un niño o con un bello atardecer en la playa,...; 

Únicamente, una persona que sigue Aprendiendo a seguir viviendo. 

8.- Confieso y Declaro, tener miedos, pasar por estados de total inseguridad en mi misma en donde la angustia se apodera de mi "centro de control" y donde mi alma se retuerce de dolor y expulsa en cada lágrima "un dolor", "un temor", "una traición", "un desengaño", "una pérdida", "un vacío", "una agitación letal", "un pensamiento pernicioso", "una automutilación", "una alarma", "un susto", "una cobardía", "una desmotivación", "un autodesprecio",...

"¡Ay, pena, penita, pena -pena-, 

pena de mi corazón, 

que me corre por las venas -pena-

con la fuerza de un ciclón!"

Es lo mismo que un nublado

de tiniebla y pedernal.

Es un potro desbocado

 que no sabe dónde va.

Es un desierto de arena -pena-,

es mi gloria en un penal.

¡Ay, penal! ¡Ay, penal!

¡Ay, pena, penita, pena!

Me Reconstruyo y Renazco de mis cenizas y salgo triunfante una vez más, gracias a Mi Aprendizaje: a tropezar, a caer, a levantarse y seguir adelante. 

Y al igual que Ave Fénix, me permito un "tiempo prudente de duelo" que me ayuda a realizar una verificación de todo lo que he pasado y de todo lo que me he ilustrado con este episodio, para pasar a enfundarme en una nueva actitud que me hará ver la vida y a mi misma de mil colores: mil posibilidades de reencontrarme y renacer de mis cenizas de forma dichosa, orgullosa y mucho más segura de mi misma y de mis posibilidades de renacer porque he fortalecido la valoración, la aceptación y el amor por mi misma. 

Acabo aquí. Es posible que existan muchas más cosas que contar, pero por hoy, mis neuronas están exhaustas y mi corazón también. Les cuestan trabajar y se sienten exprimidos. Además, creo que hasta tú, mi estimado cómplice, debes estar ya a puntito de dormirte y no era esa mi intención. 

En fin, una cosa más para terminar: sé consecuente contigo mismo. 

¡Hasta pronto, cómplice!

* Nota aclaratoria: 

Me he inspirado para hacer esta entrada en Me doy permiso para no ser una víctima