Complicidad Solidaria:
"No Les Regales Flores"
Levantarse, limpiar la casa, ayudar a preparar la comida, cuidar a los hermanos, asearse, trabajar, ir a la escuela, volver al trabajo, volver a casa, ayudar a preparar la comida, hacer los deberes y estudiar, dormir, levantarse…
En Bangladesh, para una niña de 12 años seguir estudiando supone un gran esfuerzo, pero no hacerlo significa, no solo renunciar a sus sueños, sino también a cambiar el futuro de las niñas que vendrán después de ella.
Por eso no se nos ocurre mejor manera de reivindicar el Día de la Mujer que proponiéndote este reto: conseguir que estas seis chicas de Bangladesh sigan estudiando y se alejen así del trabajo y el matrimonio infantil y de los embarazos precoces.
Con 4.536 euros Sathi, Borsha, Sumaia, Sheuli, Honufa y Parvin podrán cursar toda la educación secundaria y hacer realidad sus sueños.
¿Qué mejor manera de celebrar el Día de la Mujer que consiguiendo que estas seis chicas sigan estudiando?
8 de marzo. Día de la Mujer. No es un día para regalar flores o chocolate a las mujeres de nuestra vida. Es un día para reivindicar el derecho de las mujeres a participar en la sociedad en igualdad de condiciones que los hombres. Es el día para gritar que ellas también pueden tener sueños y la oportunidad de conseguir que se hagan realidad.
Por eso hoy te proponemos un reto: conseguir que estas seis chicas de Bangladesh sigan estudiando y se alejen así del trabajo y el matrimonio infantil y de los embarazos precoces.
¿Quieres verlas en la escuela? Por cada beca que consigamos veremos a una de ellas en la escuela dispuesta a aprender todo lo necesario para cumplir su sueño.
Sathi
“Me gustaría asistir regularmente a la escuela, ya que cada día aprendemos cosas nuevas y nos divertimos, pero también tengo que ayudar a mis padres. Somos cinco hermanos y hermanas y todos nosotros queremos seguir estudiando para contribuir a cambiar la sociedad. Para mis padres, que tienen muy pocos ingresos, es muy difícil superar todos los obstáculos para hacer realidad nuestros sueños, así que el apoyo que recibimos de Educo es muy importante para seguir adelante.”
Borsha
“Mi padre murió y mi madre está enferma y no puede trabajar. Somos seis hermanos y la mayor es la única que puede conseguir algo de dinero para el día a día. Soy de una familia extremadamente pobre e indefensa y tengo que luchar si quiero continuar mis estudios. Me gustaría ser profesora y contribuir a ayudar a todos aquellos que no se lo pueden permitir. Cuando lo consiga podrá hacerme cargo de mi familia. Si tenemos la oportunidad, nuestra lucha será un ejemplo para la sociedad.”
Sumaia
“Soy la mayor de tres hermanos y tengo que ocuparme de ellos porque mi padre está enfermo y mi madre trabaja todo el día. Cuando tenía ocho años dejé la escuela y empecé a trabajar limpiando casas para ayudar a mi familia porque el dinero que conseguía mi madre no era suficiente para pagar la comida, las medicinas y todo lo necesario para vivir los cinco. Entonces conocí las escuelas para niños trabajadores de Educo y, por suerte, pude continuar estudiando la primaria. Mi sueño es completar la secundaria y llegar a la universidad.”
Sheuli
“Vivo con mis padres y mis tres hermanos en Dhaka. Estudié la primaria en la escuela de Educo, donde me enseñaron a luchar por mis sueños. Mi padre es muy trabajador y responsable, pero no recibe el despido respeto de la sociedad porque trabaja como limpiador. No obstante, él es optimista y cree que sus hijos haremos grandes cosas en el futuro. Mi objetivo es muy claro: quiero ser médico y trabajaré solo para aquellos que están discriminados. Sé que puedo conseguirlo, pero necesito tener la oportunidad de demostrarlo.”
Honufa
“Tengo tres hermanos y tres hermanas. Soy la quinta de los seis. Antes vivíamos en un pueblo al norte del país, pero tuvimos que venir a Dhaka a causa de la pobreza, para que mis padres pudieran trabajar, aunque incluso así a duras penas nos da para vivir. Para ayudar en casa yo también, con siete años, trabajaba de ayudante en una sastrería antes y después de ir a la escuela. Mis padres no pueden hacerse cargo de los gastos que supone nuestra educación, así que sin el apoyo de Educo no podríamos seguir estudiando. Aunque existen muchas dificultades, es lo que más deseo en mi vida.”
Parvin
“Antes de ir a la escuela trabajaba rompiendo ladrillos con mis padres. Un día la profesora de la escuela para niños trabajadores de Educo vino a casa a hablar con mis padres para que me dejaran ir a la escuela y aceptaron. Es complicado para mí seguir estudiando, porque tengo que trabajar, ir a clase y hacer los deberes, además de ayudar en casa, pero mi sueño es ser médico y ayudar a las personas que no tienen dinero para pagar sus tratamientos médicos. Igual que Educo me ha ayudado a mí, yo ayudaré a los que lo necesiten. Esta es mi inspiración para crear un futuro mejor.”
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¡Hasta pronto, cómplice!
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