"Me Llevo A Mi Amiga En El Alma"
..."Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va.
...Y va dejando una huella que no se puede borrar..."
Tengo el corazón hecho jirones de tanto dolor por la ida a la otra vida de una de mis grandes amigas, de mis mayores cómplices, confidentes y maestras de esta existencia.
Nos queríamos mucho y sabíamos ambas de nuestras dolencias y de la gravedad de las mismas, pero en este último año, fui notando como de forma progresiva y en estos definitivos meses, como la vida se le escapaba, pero aún así, no dejaba de sentir ganas de vivir, de mejorar y sobre todo, de preocuparse de mi bienestar, de mis achaques, de lo que me iba ocurriendo en mi existencia. Dos días antes de su óbito incluso, me recomendó cuidarme con especial celo de la neumonía que estoy padeciendo.
Mi dulce, mi fiel, mi linda, mi tierna, mi cariñosa, mi generosa, mi leal, mi gran sabia amiga, ... ¡cómo te echo de menos ya! ¿A quién le voy a mandar todos los mensajes de whatsapp que recolectaba para hacerte feliz y hacerte sentir tan sumamente agradecida conmigo por tan nimiedad? ¿Quién va a llevarme a los altares por todo lo que escribía o hacía que en ti parecía ser todo precioso, maravilloso?, ..."¡Qué lindooo Vestita!"; "¡Me encantó!", como solías tantas y tantas veces decirme, y hacer que mi autoestima volara hasta lo más alto.
¿Recuerdas las horas que pasábamos charlando y riéndonos de nosotras mismas, de nuestras manías, de nuestras cosas cotidianas,...? ¡Y cómo te gustaba mi manera de hablar! Cuántas veces te reías con mis cosas o me repetías una y otra vez: "¡cómo me encanta lo que dices Vestita!" Como a ti te gustaba llamarme. Y ¿sabes? ¡Cuánto disfrutaba yo hablando así, sólo por el simple hecho de oírte reír, provocando tu risa y haciéndote pasar un buen rato! O cuántas, me callaba, me hacía la despistada o cambiaba de tema cuando me reclamabas por saber cómo me encontraba, qué tal estaba de salud o de ánimos y yo sólo quería "darle la vuelta a la tortilla" que tú, eras toda una Gran Dama en estas artes, aunque nunca te dijera nada. Creo que ambas éramos unas buenas compinches, ¿verdad? Por eso, solíamos decirnos que nos sentíamos, especialmente tú, "almas gemelas" e indudablemente, lo somos.
Sé que dejaste que no hiciéramos un eterno funeral de tu marcha, pero, a mi no me vas a negar que te venere como Dios y como mi Gran Amiga Nina, siempre se ha merecido. Te quiero mucho, te llevaré en mi alma mientras viva y sé que volveremos a estar nuevamente juntas para siempre algún día. Mientras tanto, ¡disfruta del paisaje de tu ventana!
Ahora, mi querida amiga, voy a dar paso a alguien que nos gustaba a ambas, el gran cantante, compositor y poeta argentino Alberto Cortez, y a una de nuestras canciones favoritas "A mis amigos". Ésta, te la dedico yo para ti, mi querida y admirada amiga:
¡Qué Dios te tenga en su Gloria Eterna, amiga!
D.E.P.
¡Hasta siempre!
2 comentarios:
Me he quedado de piedra al enterarme. Elcy me ha enviado un mensaje en Facebook para decírmelo.
La echaremos de menos, si, era una mujer brillante, igual que tu.
Un abrazo, Marta.
Mi querida amiga Eulalia:
No sé si llegarás a ver este mensaje. He tardado exactamente tres meses del fallecimiento de Nina. Aún se parte el alma, al escribir sobre ella. Lamento no haberlo hecho antes, pero te aseguro que el dolor era tan grande que me lo impedía. La amaba profundamente y la sigo amando. Sin duda alguna, ha sido para mi, una de mis mejores amigas. Nos hablábamos a diario y últimamente, hasta prácticamente su último día. Le encantaba que le recopilara mensajes de saludos que luego ella pasaba a sus amistades. A veces, pasábamos horas riéndonos de lo que nos había ocurrido en la vida y otras criticábamos lo que nos había ocurrido en la vida. Fui muy feliz con ella. Jamás encontraré a nadie igual. Mi Nina, ¡cuánto la añoro! Aún la llevo en mi móvil, en mis páginas de redes sociales y simplemente, unas veces, la saludo y le mando un beso y otras no para de llorar hasta que siento que me dice: "Vestita, ya está bien".
Mi querida Eulalia, por favor quédate conmigo. Permíteme que yo me vaya antes que tú. No lo podría soportar y perdóname por contestarte tan tardío. No he parado de llorar mientras escribo y sé que Nina me llamaría la atención; así que, voy a secarme las lágrimas y voy a despedirme de ti como tu mereces.
Te quiero amiga. Por favor, cuídate mucho y ¡sé feliz!
Marta Montero o Vesta
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