martes, 2 de abril de 2019

"Quién tiene un perro tiene un tesoro"

"Quién tiene un perro tiene un tesoro"

Sí, sé que el refrán se refiere a "quien tiene un amigo, tiene un tesoro", pero te aseguro que quien tiene un perro, además de un amigo, tiene un tesoro. Yo tengo tres perros y soy muy rica en tesoros y en cariño, lealtad y alegría en mi hogar. Creo haber hablado de ellos en otra ocasión, pero para aquel que no tuvo la fortuna de haber leído aquellos post que fueron destinados a alguno de mis mascotas, de mis chicos, los presento nuevamente: 

- Chikita -


Es una caniche que dentro de diez días cumplirá 15 años. Está muy malita del corazón, del hígado y de los pulmones, está completamente sorda y desde hace un par de meses, le falta su ojito derecho. A pesar de todo esto, es inmensamente feliz, le encanta seguirme a todos lados, le gusta mucho que yo juegue con ella, pero sólo un ratito, porque inmediatamente le viene la tos, le cuesta respirar y entonces, vuelve a su camita a reponerse. Sé que puedo perderla en cualquier momento, pero mientras tanto, la disfruto al máximo y siento que la quiero cada día más y más. Para mi me resulta curioso, el que la quiera tanto, pero tantísimo últimamente. La cuido mucho: su medicación diaria, su limpieza y su alimentación son medidas y tratadas con sumo cuidado.

- Popy -


Es el más joven de los tres e hijo de Chikita, aunque no tenga ningún parecido con ella. Se parece todo a su padre, un "mil leches", simpático, zalamero, conquistador que enamoró a Chikita nada más verla y que en un descuido de su celo, la dejó embarazada cuando apenas tenía tres años. Por eso que madre e hijo se lleven tan poca diferencia de edad. Popy tiene 11 años y el 28 de febrero del año próximo cumplirá los 12 años. Al igual que el padre, es simpático, alegre, zalamero, juguetón incansable, algo miedoso, pero a la vez, muy sociable tanto con humanos como con los de su especie o con cualquier otro animal, como con Minino, nuestro querido gatito con el que se crió y que formaba parte de la familia, pero que desgraciadamente ya no está con nosotros. Popy es la alegría de la casa. Su rabo es como una especie de detector de alegría intermitente que no para de mover hasta en sueños. Le encanta jugar a la pelota; más que jugar, yo diría que la pelota viene a ser su carta de presentación y de bienvenida cada vez que viene alguien a casa, ya sea conocido, como desconocido. Él llega a la puerta y según vea el semblante de la persona y si además ésta se dirige a él para decirle algo, entonces Popy se marcha corriendo en busca de su pelota para ofrecérsela como una especie de regalo intercambio de su simpatía hacia esa persona. ¡Es adorable! No sé si es porque es el más pequeño o por el hecho mágico de haberlo visto nacer o por ser hijo de quién es, que para mi, es realmente especial. 

- Rofe - 


Mi adorado, peludo, negro como el azabache y grandullón, Rofe. Todo eso y mucho más es este perro de una enorme envergadura, con una mandíbula portentosa, con un cuerpo fuerte y robusto, un pelo brillante y negro como un río de lava. Nació en la isla de Lanzarote, conocida como la isla de los volcanes. Los habitantes de Lanzarote llaman rofe a la lava y por eso, por tener el pelo negro y brillante como la lava, le puse a ese cachorro de pastor belga, Rofe. Ya de cachorro era grandote, podría pasar por un perro de un año de otra raza sino fuera por la torpeza en sus andares y por la forma tan desordenada de ir de un lado al otro o de no parar de jugar o mordisquearte con esos dientecillos tan afilados que llegaban hacerte daño sin querer. 

Suele impresionar bastante a la gente por su tamaño, hasta incluso a personas que ni te imaginas que pudieran sentir miedo de un animal como éste, pero lo que ellos no saben y uno sí es que todo lo que tiene de grandullón lo tiene de nobleza y de bonachón. Yo he visto como Rofe se interponía para que una niña pequeñita no cayera al terreno y pudiera ocurrir una desgracia. Se colocó a modo de colchón para servir de escudo amortiguador del golpe, que sin duda, hubiese sido muy grave para la criatura. Pero, también he visto hacer cosas a este grandullón cuando solo era un cachorro aunque tuviera el mismo tamaño que tiene ahora, como pasear al poney del vecino, que dejaba amarrado al lado de una vieja bañera que tenía en su terreno. Cada vez que el pobrecillo animal se movía de ésta, Rofe volvía a colocarla tal cual la había dejado nuestro vecino junto a la bañera. 

En otra ocasión, el mismo vecino, amarraba una cabrita joven en su terreno para que comiera hierba y estuviera al aire un ratito por las tardes. Pues en dos ocasiones, oí como llamaba la atención a su hijo porque no había amarrado bien a la cabrita y ésta estaba suelta, con el peligro que se escapara o que la pudiera coger un coche. El hijo aseguraba una y otra vez que el la había amarrado, que no sabía que había pasado y el padre le rebatía que no la había amarrado todo lo bien que él pensaba. Volvió a ocurrir una tercera vez, pero en esta ocasión mi pareja resolvió lo que había sucedido en las tres veces. Resultaba que mi pequeño grandullón Rofe, le gustaba jugar con la cabrita, que prácticamente eran casi del mismo tamaño, y aprendió a desatarla para soltarla, y poder así, poder retozar con su amiguita en la hierba y correr por el prado. Y anécdotas como ésta, podría contar algunas cuantas, tanto de Rofe como de Popy, que tampoco éste se queda corto en aventuras, pero sería en otro post. Chikita también tiene sus anécdotas pero no tan intrépidas o arriesgadas.

En fin, por ahora, va quedando bastante obvio que para mi, tener a Chikita, a Popy y a Rofe es tener un verdadero Tesoro. Pero aún, queda mucho más que explicar el por qué "quién tiene un perro tiene un tesoro".

Los perros juntos con los gatos, son los animales domésticos por excelencia y las principales mascotas de los seres humanos. Nos dan compañía, son cariñosos, les encantan jugar, siempre están alegres, son eternamente fieles y leales a la persona o personas que le demuestran amor, respeto y un trato amable, cordial y correcto. Y por si fuera poco, son beneficiosos para nuestra salud, especialmente, la emocional. 

Es cierto, que ensucian, dejan pelos, hay que limpiar sus excrementos, hay que lavarlos, cepillarlos, limpiar sus orejitas, sus ojitos, llevarlos a pasear,  lavar sus camitas y sus enseres, darles sus medicamentos cuando se hacen mayores o si los necesitan, amarlos aunque les falte un ojo o no tengan todos los dientes o estén sordos,  o estén enfermos y ya no nos den más que problemas y gastos económicos que beneficios "aparentes",... Pero, siguen recibiéndonos con la misma alegría y entusiasmo de siempre cuando nos despertamos hechos un desastre y que nosotros mismos nos asustamos si nos miramos al espejo, pero para ellos estamos maravillosos; cuando volvemos de trabajar o de comprar el pan o de ir al buzón a recoger el correo. Para ellos siempre estamos guapos, encantadores y somos maravillosos; siempre estarán dispuestos a jugar con nosotros tantas veces como queramos, a acompañarnos a pasear tantas veces como queramos, nunca se irán de casa, siempre nos acompañarán, esperarán por nosotros y si les tiras la pelota 40 veces y les felicitas 39 volverán a pedirte una vez más que se las tires para que nuevamente vuelvas a felicitarlos aunque tengan la lengua rozando el suelo. Todo por agradarnos. 

Sin embargo, ellos también con el tiempo, van poniendo o imponiendo sus "normas" a los humanos y nosotros, los humanos, nos vamos habituando a ellas y aunque algunas de ellas nos resistimos a dejar voluntariamente que éstas sucedan, a la mayoría de ellas, terminamos cediendo. Aquí hago una relación de estas conocidas "normas caninas":

1.- Todo lo que comas, yo tengo que probarlo.

2.- Si tienes intención de bañarme, no me llames.

3.- A partir de ahora, el cuarto de baño es mío siempre; así que, tendrás que acostumbrarte a que entre cuando estés dentro de él. 

4.- Lo mismo ocurre con todas las habitaciones de la casa: yo tengo permiso para entrar en todas cuándo quiera entrar, estén o no ocupadas.

5.- Si ladro tengo mis motivos aunque tú no los entiendas, así que no me mandes a callar; ya me callaré yo cuando lo estime oportuno.

6.- Yo elegiré el sitio de la casa donde quiera dormir y me subiré a los sillones si me apetece dormir allí. Siempre elegiré el sitio que menos te guste.

7.- Si vienes de la calle oliendo a otros perros, ¡puede tener consecuencias!

8.- Déjame salir todas las veces que quiera, aunque acabe de entrar porque es necesario que me cerciore de que he olido todo correctamente.

9.- Tienes permiso para dormir en la cama, pero no hace falta que me muevas; lo mejor es que te pongas en una esquina y que no me molestes.

10.- Por favor, no pienses en abandonar una habitación sin mi. Yo te sigo.

El que tenga un perro, gato o cualquier animal de compañía sabrá que éste no sólo va a proporcionarle ayuda, sino que además, le va a enseñar a amar sin medida, a respetar y a ver la vida de una manera distinta a los que no tienen o no han tenido una mascota en sus vidas. 

Existe la creencia en muchas personas que el tener una mascota nos limita porque no puedes irte de vacaciones a cualquier sitio, ya que en muchas partes no admiten mascotas o bien, porque si te vas de vacaciones, tienes que tener en cuenta las necesidades de éstas y los gastos que puede suponer el dejarla en un lugar destinado para ello. 

Pero cuando uno tiene un perro o cualquier otra mascota, la concibe como un miembro más de la familia y como tal, no le supone un inconveniente y aunque nuestra cartera estaría mucho más llena, gracias a los sentimientos que hacen que florezcan en nosotros, nuestro corazón estaría mucho más vacío.

Lo que nos aporta un animal a nuestras vidas es algo incomparable e implica para nosotros una riqueza enorme, tanto física como emocionalmente. El saber qué es un animal de compañía, el conocer el bien que puede hacernos y cómo podemos llegar a quererlos y cómo es capaz de integrarse y completar una familia, enriqueciéndola y otorgándole con su presencia una posibilidad de amar, respetar y participar en el cuidado de nuestra mascota, para conseguir seres responsables, tolerantes y conscientes del valor de la vida.


¡Hasta pronto, cómplice!




* Fuente:

1 comentario:

Una Chica del montón dijo...

¡Di que si! Son lo mejor del mundo,yo tengo 2 perros,2 conejos y peces jajaja y la verdad que los mas cariñosos de todos son los perros,con ellos si que no tienes intimidad en ningún rincón de la casa jajaja ¡Me encantaaaan! ^^

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