"¿Nos saludamos?"
Saludar hoy en día, en cada vez más ocasiones, supone un reto bastante heroico. Tal vez, para muchos de vosotros cómplices os pareceré muy exagerada y en cambio, para otros, estaréis de acuerdo cuando os aclare lo que quiero expresar con esa locución.
Últimamente, y con ello me refiero a hace unos años atrás, no sé si es porque me estoy haciendo mayor o porque otra razón que espero razonar y analizar en esta entrada, cuando me encontraba en el rellano de la escalera con un vecino, ya fuese conocido o no, nunca faltaba el saludo correspondiente:¡Buenos días! o ¡Buenas tardes! en caso que fuera alguien mayor que yo o menor y no conocido; o bien, un: ¡Hola! e incluso, a veces: ¿Qué tal? La mayor parte, o como norma de cortesía o educación, o por interés, según fuera la relación que tuviera con dicha persona.
Y así, sucedía cuando iba a un lugar público y al llegar saludaba cortésmente y las personas que estaban en el lugar, por norma general, replicaban de igual forma al saludo. Sin embargo, no sé por qué o cuál es la razón de ello, pero ahora cada vez menos, la gente se saluda entre ellos o bien, no responde al saludo dado por otra persona. Ya ni si quiera, se mira al que saluda y ni se le hace un ademán con la cabeza y se le sonríe; ni se le hace, simplemente una sonrisa. Pareciera que el que saluda no existiera y estuviera dándole los buenos días, al inmueble del lugar.
Las personas parecen que huyen del saludo, están algunas ausentes por completo, otros parecen que incluso, les resulta hasta molesto que les saludes, yo llegaría a decir, que algunos muestran en sus caras como si se les hubiera insultados, en lugar de saludados, y para otros, que es lo realmente penoso, ni siquiera existes.
He de decir, con franqueza, que ésto, no sucede siempre y de una forma generalizada; pero, sí que es verdad, que cada vez es más notorio y cada vez, se comenta más este hecho social que parece irse escapando de las costumbres de nuestra sociedad actual o solapando, y afectando a cualquier edad y estamento dentro de la sociedad. También he de decir, que usamos bastante más el saludo en las redes sociales, en las que se ha impuesto casi como una moda más, quizás por el color, la fantasía con que se juega, el escaparatismo,... que cuando lo tenemos que hacer personalmente; aunque si nos fijamos, la tónica, no difiere en gran medida a fuera de ellas.
Es posible que la razón, si es que existiera, podría encontrarse estos tiempos por los que estamos pasando tan difíciles para todos y por supuesto, para algunos mucho más difíciles que para otros; pero, que de una u otra forma nos está afectando a todas las familias, sería la tan conocida y la tan denostada "crisis"; puesto que, también es patente, y por supuesto muy lógico que aflija los corazones de todos nosotros y nos deje tan apenados y tan ensimismados en nuestros problemas que ni siquiera seamos capaces de escuchar al que nos saluda y/o nos regala una sonrisa.
Aún así, yo apelo, no a los modales, ni al protocolo, ni siquiera a la educación, elementos que todos de una u otra forma hemos aprendido, aunque sea en sus aspectos mínimos o como mero cumplido, no, yo apelo, recurro, pido, solicito,... a todos que por nuestro bienestar emocional y espiritual, por nuestra serenidad, felicidad, equilibrio y prosperidad interior, es decir, de nuestro propio YO como seres tridimensionales, debemos procurar ambientes propicios para que estos elementos se vean beneficiados, se enriquezcan y se generen actitudes de índole eficaz para cada uno de nosotros y por ende, para los demás. Porque la sonrisa es el medio más rápido de contagiar alegría y además, no cuesta nada, es gratis. ¡Pongámosla en práctica todos los días para nosotros mismos y para los demás!
Una sonrisa equivale a un pensamiento positivo
Vesta
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