"Érase una vez..."

Cuento: 

"La reina Nadia"

(Extraído del libro "La magia de los cuentos", de Teresa Aguirre Serrano)

Vino un viento lejano procedente del norte del mundo trayendo a un pueblo del sur de Francia a una mujer hermosa interior y exteriormente. Se llamaba Nadia y poseía una mirada clara y cálida que daba confianza a las personas a las que acompañaba.

En sus viajes aprendió diferentes maneras de liberar el alma de sentimientos que ahogan poco a poco el corazón de los humanos. 

En este lugar donde ahora le tocaba ayudar aplicó muchas técnicas, entre ellas, la visualización. Llevaba a las personas a sus lugares preferidos, donde habían experimentado cosas hermosas y se sentían seguros, alegres y en paz. También los introducía en escenarios de miedo y ella los guiaba para que conversaran con esos monstruos creados y magnificados, que poco a poco perdían poder y la persona se lograba liberar de ellos.

Su elección de vida no era fácil, ya que se dedicaba a entender al ser humano en situación de vulnerabilidad. Pero ella era intrépida y entusiasta y poco a poco fue entendiendo el alma atormentada de las personas de ese lugar. Sin juzgar, veía la parte de luz que tenía cada persona, por muy aferrada a la sombra que estuviera, mejorando después. 

Las personas se sentían a gusto con ella, transmitía mucha paz. 

Esta estrella del norte ayudaba a las gentes a creer en ellas mismas y les daba esperanza. 

Hacía años había soñado que las personas podían curarse si creían en ellas, porque las claves de la sanación estaban en cada uno de nosotros. Investigó sobre esto y creó una terapia basada en la fuerza interior del ser humano en situación de fragilidad. 

Esta terapia también la utilizó en este lugar. 

Pasó tiempo allí y ayudó a mucha gente; cuando sintió que el trabajo estaba hecho se fue tal como vino a ayudar a otras personas. 

FIN

¡Hasta pronto, cómplice!