"¡Feliz Día de la Madre!"
Hoy, por ser el primer domingo del mes de mayo, se celebra el Día de la Madre. Quisiera felicitar a todas, toditas las Madres: a las Madres Casadas, a las Madres Solteras, a las Madres Viudas, a las Madres Separadas, a las Madres Divorciadas, a las Madres de Pareja de Hecho, a las Madres de parejas Homosexuales, a las Madres Adoptivas, a las Madres de Acojida, a las Madres que han emigrado, dejando a sus hijos en su país de origen, a las Madres que viven lejos de sus hijos para poder mantenerlos, a las Madres que han visto como sus hijos han fallecido y a las Madres que han pasado a mejor vida.
Es mi deseo no dejar a nadie, así pues, queden todas y todos por aludidos, sin menoscabo de su condición actual porque todos y todas, aman o han amado a sus hijos o sus hijas.
He encontrado un relato que realiza un hijo a su madre que me ha resultado conmovedor y que se ajusta al día que hoy celebramos en muchos hogares. Así pues, os dejo sin más preámbulo esta narración que sirve del reflejo de muchas familias. Espero que sea de vuestro agrado, cómplices.
"A una buena Madre"
Yo no soy de esas personas, ya no sé si afortunadas por ello, que poseen esa capacidad extraordinaria para recordar mucho de lo que les acontecía cuando eran muy pequeños, mas tengo recuerdos más que suficientes de mi más tierna infancia, además de otros correspondientes a las demás etapas de mi vida, como para poder atestiguar lo siguiente, que por evidente que parezca, quizás no sea realmente tan común, el hecho de no poseer ni un solo recuerdo malo de mi Madre.
Sólo avienen a mi mente esos en que la veo protectora, cariñosa y honestamente Madre en su plena y orgullosa dedicación, cubriendo todas y cada una de las etapas de mi vida, siempre atenta y dando lo mejor de sí misma hasta su último día.
Realizando su valiosa tarea cuantiosas veces en segundo plano, evitando protagonismos y medallas y en ocasiones mal pagada con desaires o malos genios, más que a uno le pesen a posteriori, con ese carácter fuerte, pero sacrificado y humilde, apartando egoísmos y vanidades, dándose a sus hijos apenas sin reserva, satisfaciéndose así.
Orgullosa, defensora y cuidadora de los suyos, anteponiendo nuestro bienestar al suyo, procurando siempre minimizar nuestro sufrimiento aún a costa del suyo, reservándose pocas parcelas propias en su vida, la satisfacción de sus hijos, fue la suya, atenta y vigilante mayormente desde el silencio y preocupándose en ocasiones en exceso con el afán de proteger y ayudar a sus hijos.
Por supuesto, estoy muy orgulloso de mi Madre, de ser su hijo, y haber disfrutado de ella, eso me llena de gozo, espero y deseo haber sido capaz de haberle devuelto aunque sea una parte de todo cuanto me dio, aún disponiendo de tan poco, sólo eso sería mucho.
En realidad, sé que siempre estuve orgulloso de ella, aunque en ocasiones, ya sea por juventud o inconsciencia, o quizás ambas, no lo tuviera tan presente y claro como ahora, y se de igual manera, que ella lo estuvo de mi y fue feliz por ello, trasmitiendo así, esa maravillosa y placentera sensación de paz y amor.
Espero transmitir a mi hijo mucho de lo que ella me aportó, y ser digno de ambos.
Pablo S.D.
Por supuesto, estoy muy orgulloso de mi Madre, de ser su hijo, y haber disfrutado de ella, eso me llena de gozo, espero y deseo haber sido capaz de haberle devuelto aunque sea una parte de todo cuanto me dio, aún disponiendo de tan poco, sólo eso sería mucho.
En realidad, sé que siempre estuve orgulloso de ella, aunque en ocasiones, ya sea por juventud o inconsciencia, o quizás ambas, no lo tuviera tan presente y claro como ahora, y se de igual manera, que ella lo estuvo de mi y fue feliz por ello, trasmitiendo así, esa maravillosa y placentera sensación de paz y amor.
Espero transmitir a mi hijo mucho de lo que ella me aportó, y ser digno de ambos.
Pablo S.D.
¡Hasta pronto, cómplice!
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