Dime, ¿sabes realmente, escuchar a los demás?
La habilidad de escuchar requiere tanto procesar lo que nos dice nuestro interlocutor como hacerle sentir que le prestamos atención. Contesta a estas preguntas con sinceridad:
1 significa casi nunca,
2 a veces y
3 casi siempre.
1.- ¿Intentas con tus preguntas que la otra persona acabe la conversación con la certidumbre de haber sido comprendida?
1 - 2 - 3
2.- ¿Tienes una comunicación no verbal –asentimientos, gestos faciales, acercamientos en los momentos difíciles...– expresiva?
1 - 2 - 3
3.- Cuando sabes que para la otra persona es difícil contar algo, ¿tratas de hacer una escucha incondicional, sin juzgar a tu interlocutor?
1 - 2 - 3
4.- ¿Procuras ayudar a la persona a encontrar un hilo conductor a los acontecimientos que le sirva para estructurar su historia?
1 - 2 - 3
5.- ¿Haces preguntas a los demás solamente cuando sabes que dispones de tiempo para escuchar su respuesta?
1 - 2 - 3
6.- ¿Acompasas tu estado de ánimo al de la persona que te está contando algo?
1 - 2 - 3
7.- ¿Toleras la tensión que supone que tu interlocutor te cuente cosas dolorosas, sentimientos que no compartes o problemas que pueden poner en juego su vida?
1 - 2 - 3
8.- ¿Consigues focalizar la atención en la persona que te está hablando sin derivar todos los temas hacia ti?
1 - 2 - 3
9.- ¿Tus preguntas son abiertas ("¿Qué tal estás?", "¿Qué pasó con aquello que me contaste?") para que la otra persona pueda explayarse en las respuestas?
1 - 2 - 3
10.- ¿Evitas los sermones y los consejos no pedidos?
1 - 2 - 3
A.- Si en tus contestaciones ha predominado el nº 1 (de 9 a 10 respuestas eligiendo ese número ), entonces por tus resultados:
Por tus respuestas, parece que la mayor parte del tiempo estás más ocupado de tus propios problemas que de lo que le sucede al de enfrente. Escuchar no es solo asentir con la cabeza, significa empatizar y meterse en la piel de tu interlocutor para ayudarle o, al menos, hacerle sentir más comprendido. Si quieres aprender a escuchar, te recomendamos que releas este test, te dará pistas.
B.- Si en tus contestaciones ha predominado el nº 2 (de 9 a 10 respuestas eligiendo ese número ), entonces por tus resultados, se te considera como alguien que debe sentirse:
¡Enhorabuena! Por tus respuestas, parece que eres bueno cuando toca escuchar a alguien que necesita desahogarse. Para llegar a ser el perfecto interlocutor, te recomendamos releer el test y verificar en qué puntos puedes mejorar: ¿eres de los que dan sermones o consejos sin pedirlos? ¿Haces preguntas abiertas para que la otra persona se pueda explayar? ¿Evitas que la conversación derive en tus propios problemas?
C.- Si has contestado predominando el nº 3 (de 9 a 10 respuestas eligiendo ese número ), entonces eres considerado como:
El interlocutor perfecto
¡Enhorabuena! Sabes olvidarte de tus propios problemas y centrar toda tu atención cuando alguien necesita contarte algo. Eres consciente de que escuchar activamente es mucho más que asentir con la cabeza, y despliegas todos tus recursos para que la persona que tienes delante se sienta escuchada y comprendida. ¡Sigue así!
Confío que este cuestionario, te haya dado una serie de pautas a tener en cuenta a la hora de mantener una conversación con otra persona y que sin duda, cometemos más errores de los que quisiéramos evitar. Lo importante de estos tests es que nos ayuden a una autoanálisis de nuestras cualidades y de los fallos que cometemos, en ciertas ocasiones cuando escuchamos a otra persona y la actitud idónea que debemos tener para que exista una fluida y beneficiosa escucha y réplica en cualquier tipo de charla que podamos tener con otra persona.
¡Hasta pronto, cómplice!
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