Tener un baño es imprescindible
para salir de la pobreza
18 Noviembre 2019
Un baño no es solo un baño. Es un salvavidas, protege la dignidad y crea oportunidades. El saneamiento es su derecho humano. Y, sin embargo, hoy en día, 4200 millones de personas viven sin servicios sanitarios gestionados de forma segura.
En América Latina y el Caribe, casi 16 millones de personas todavía practican la defecación al aire libre con los riesgos para la salud que ello implica.
Aunque en los países desarrollados no se le presta mucha atención, un simple retrete no solo salva vidas, también puede ahorrar importantes cantidades de dinero a la economía de una nación.
De hecho, alrededor de 432.000 muertes por diarrea se producen anualmente debido a enfermedades producidas por un saneamiento deficiente, mientras que la pérdida de productividad por las dolencias aparejadas puede alcanzar hasta el 5% del PIB.
Acabar con la defecación al aire libre tendrá "beneficios transformadores" para las personas más vulnerables del mundo, según señala el organismo de saneamiento de la ONU.
Con motivo del Día Mundial del Retrete, que se celebra el 19 de noviembre, Noticias ONU ha hablado con Sue Coates, la directora ejecutiva del Consejo de Colaboración para el Abastecimiento de Agua y Saneamiento.
¿Dónde se practica la defecación al aire libre?
Miles de personas no tienen acceso a un baño y defecan en campos, bosques, arbustos, lagos y ríos. Esta práctica está disminuyendo, pero terminar completamente con ella en 2030, como marca uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, requiere avances sustanciales en el uso del inodoro, sobre todo en Asia Central y Meridional, Asia Oriental y Sudeste y África Subsahariana.
De los 673 millones de personas que practican la defecación al aire libre, el 91% vive en zonas rurales. El aumento de población en países como Nigeria, Tanzania, Madagascar y Níger, y algunos estados de Oceanía, está llevando a un crecimiento localizado en la defecación al aire libre.
¿Por qué la defecación al aire libre es un problema tan grave?
La defecación al aire libre es una afrenta a la dignidad, la salud y el bienestar, sobre todo de las niñas y mujeres, que carecen de privacidad cuando están menstruando.
Además, es un peligro para la salud pública. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), un gramo de heces puede contener 10 millones de virus, un millón de bacterias y mil parásitos.
Las malas prácticas de saneamiento e higiene, como no lavarse las manos con jabón después de defecar y antes de comer, contribuyen a más de 800.000 muertes anuales por diarrea, según la Organización Mundial de la Salud. Son más personas de las que mueren por malaria.
¿Por qué es tan difícil detener esta práctica?
La defecación al aire libre se ha practicado durante siglos. Es una norma cultural arraigada en algunas sociedades. Eliminarla supone un cambio en el comportamiento de comunidades enteras. Poner fin a la defecación al aire libre requiere una inversión continua en la construcción, mantenimiento y uso de letrinas y otros servicios básicos.
¿Cómo contribuye el saneamiento al desarrollo?
2 comentarios:
Chapó por tu entrada :)
"Una chica del montón", tu no eres del montón. Tu eres alguien genuino y con un gran valor en tu interior; además, ¡qué caramba! Te haces querer. Muchas gracias mi fiel cómplice.
¡Qué Dios te bendiga!
¡Hasta pronto, cómplice!
Marta Montero
Publicar un comentario