"Su origen y singularidad"
La cultura celta consideraba a la naturaleza como la base de sus vidas. Con ella pueden: ser alimentados, encontrar cobijo, conseguir las pieles con las que tapar sus cuerpos y resguardarse de las duras noches de invierno, calentarse alrededor de un fuego con las ramas y matojos que les proporciona los árboles y arbustos; además, de todo lo aportado por el reino animal, le serán suministrados por el mundo vegetal todos sus frutos, y entre ellos, va estar como pilar fundamental, el árbol. En definitiva, todo lo que era necesario para vivir.
El árbol se constituye en una pieza fundamental en sus vidas y llega a ser tan importante que formará parte de su cultura, por el hecho de ser considerado como la base de su bienestar y de la integridad de sus aldeas, ya que ante el ataque de otros pueblos enemigos, se refugiaban en los bosques o en los mismos árboles.
Con sus ramas, era capaz de tocar el cielo. Con sus raíces, se afianzaba a la Madre Tierra, al lugar donde iban a parar sus difuntos y ya en la superficie, el tronco, establecía la conexión entre el mundo del más allá con el terrenal.
En otras palabras, el árbol establece la comunicación entre los tres niveles del cosmos: el subterráneo, por sus raíces; la superficie de la tierra, por el tronco; y el cielo, por la copa y sus ramas. Es por tanto, el eje del mundo que establece la relación entre al tierra y el cielo.
El Árbol de la Vida, surge de un recipiente, una vasija que simboliza a la Madre Tierra, de la que nace toda la vida.
De todo esto, se desprende que no exista con un grado de exactitud y fidelidad, cómo era el mundo espiritual de los celtas, cuántos dioses tenían y a qué estaban destinados, o igual se tiene un conocimiento un tanto ambiguo o relativo, sobre la simbología de este pueblo y por consiguiente, de uno de ellos: El Árbol de la Vida.
Según parece, era conocido como el Crann Bethadh o Árbol de la Vida y representaba para los celtas el mundo de los espíritus. Para ellos, la naturaleza como ya he dicho era sustancial a sus vidas y además de constituir, todo lo necesario para vivir, (como mencioné más arriba), era principio fundamental de su vida espiritual, así el Crann Bethadh era considerado sagrado y se hacían muchas celebraciones bajo él, por ello los druidas (o antiguos sacerdotes celtas) lo alzaron a la categoría de símbolo espiritual. Hasta tal punto era trascendental en la cultura celta que un Crann Bethadh que era considerado cósmico y cada celta poseía uno, lo que le daba el poder de hacerlo inmortal. Incluso estuvo penado con la muerte en el siglo VII, el talar determinados árboles como el manzano o el avellano , ya que los consideraban especialmente sagradas.
En estos bosques sagrados los druidas enseñaban a los más jóvenes a recolectar plantas mágicas como el muérdago y se celebraban ritos como el solsticio de invierno, donde danzaban alrededor de determinados árboles considerados mágicos o propicios, según fuera lo que se perseguía.
Se consideraba que cada persona llevaba en su interior un árbol que le propiciaba su crecimiento espiritual, que era la esencia del ser humano; de ahí, que cuando nacía un niño se plantaba un árbol y ´sus atribuciones consistían en cuidar del niño en todo su desarrollo como ser humano y espiritual hasta el final de sus días, donde terminaría enterrado a los pies del árbol.
Cada árbol tenía una tarea y un dios determinado; y así fuera la época del año en que nacieras, te pertenecía uno u otro árbol.
Esta tradición, también se puede contemplar en otras culturas como en Japón, donde se denomina al árbol Hiomaragi e igualmente es considerado un árbol cósmico, donde el Boddhi (el guía que nos ayudará a conseguir llegar a esa máxima) logrará llegar a la plena iluminación, como le sucedió a Buda y de ahí, que se le represente en la iconografía primitiva.
En China, el simbolismo lo considera como la fusión de los dos elementos el Ying y el Yang, es decir, el cruce y la unión posterior de las partes femeninas y masculinas del árbol.
Por otro lado, existe otro tipo de simbolismo para la misma concepción de árbol espiritual, es decir, los árboles de hoja perenne y los árboles de hoja caduca; donde una representa la inmortalidad de la vida, es decir, las dos caras de una misma identidad y por otro lado, simboliza el cielo de las muertes y los renacimientos.
El árbol pertenece no sólo a la tierra sino también a los cielos y va de los infiernos a los cielos sirviendo como una vía de comunicación o de vía para alcanzar los cielos. Esta es la creencia que se desarrolla en Bolivia y en Haití, donde el árbol no es considerado sólo de este mundo.
Pero si nos adentramos en Internet y buscamos "El Árbol de la Vida", nos podemos encontrar desde una película, hasta una tirada del tarot hasta la tradición celta que os acabo de presentar.
Con tu permiso, mi estimado cómplice, la interpretación de "El Árbol de la Vida" que yo me declino a escoger es la que me enseñó una persona para mi muy sabia, inteligente, sencilla y con una gran humildad: mi inestimable maestra y hermana, Irene Montero González, terapeuta y precursora de Alivia3, Centro de Salud Integral (http://alivia3.blogspot.com.es/), la cual dice lo siguiente:
Y siguiendo su saber, he construido este Árbol de la Vida para ti, para mi, para todos.
¡Hasta pronto, cómplice!
En estos bosques sagrados los druidas enseñaban a los más jóvenes a recolectar plantas mágicas como el muérdago y se celebraban ritos como el solsticio de invierno, donde danzaban alrededor de determinados árboles considerados mágicos o propicios, según fuera lo que se perseguía.
Se consideraba que cada persona llevaba en su interior un árbol que le propiciaba su crecimiento espiritual, que era la esencia del ser humano; de ahí, que cuando nacía un niño se plantaba un árbol y ´sus atribuciones consistían en cuidar del niño en todo su desarrollo como ser humano y espiritual hasta el final de sus días, donde terminaría enterrado a los pies del árbol.
Cada árbol tenía una tarea y un dios determinado; y así fuera la época del año en que nacieras, te pertenecía uno u otro árbol.
Esta tradición, también se puede contemplar en otras culturas como en Japón, donde se denomina al árbol Hiomaragi e igualmente es considerado un árbol cósmico, donde el Boddhi (el guía que nos ayudará a conseguir llegar a esa máxima) logrará llegar a la plena iluminación, como le sucedió a Buda y de ahí, que se le represente en la iconografía primitiva.
En China, el simbolismo lo considera como la fusión de los dos elementos el Ying y el Yang, es decir, el cruce y la unión posterior de las partes femeninas y masculinas del árbol.
Por otro lado, existe otro tipo de simbolismo para la misma concepción de árbol espiritual, es decir, los árboles de hoja perenne y los árboles de hoja caduca; donde una representa la inmortalidad de la vida, es decir, las dos caras de una misma identidad y por otro lado, simboliza el cielo de las muertes y los renacimientos.
El árbol pertenece no sólo a la tierra sino también a los cielos y va de los infiernos a los cielos sirviendo como una vía de comunicación o de vía para alcanzar los cielos. Esta es la creencia que se desarrolla en Bolivia y en Haití, donde el árbol no es considerado sólo de este mundo.
Pero si nos adentramos en Internet y buscamos "El Árbol de la Vida", nos podemos encontrar desde una película, hasta una tirada del tarot hasta la tradición celta que os acabo de presentar.
Con tu permiso, mi estimado cómplice, la interpretación de "El Árbol de la Vida" que yo me declino a escoger es la que me enseñó una persona para mi muy sabia, inteligente, sencilla y con una gran humildad: mi inestimable maestra y hermana, Irene Montero González, terapeuta y precursora de Alivia3, Centro de Salud Integral (http://alivia3.blogspot.com.es/), la cual dice lo siguiente:
"El Árbol de la Vida está constituido por todos aquellos frutos que alimentan y le confieren belleza a nuestra alma"
Y siguiendo su saber, he construido este Árbol de la Vida para ti, para mi, para todos.
¡Hasta pronto, cómplice!
Vesta
6 comentarios:
Muchas gracias por tus palabras hacia mi.
Yo estoy orgullosa de ti y me alegra verte entusiasmada con la vida.
Un abrazo, Irene.
De nada. No necesitas dármelas. Soy yo la que estoy inmensamente agradecida por tenerte a ti como mi maestra.
¡Sé feliz!
Vesta
Q BONITO,Q BONITO¡¡¡¡¡¡
BONITAS COSITAS MARTI.
MARIUCHI
¡Qué bonito, qué bonito y qué bonito lo que me dices Mariuchi! Gracias por tu visita. ¡Me encanta que vengas a visitarme y que me dejes tu opinión o tus impresiones.
¡Sé feliz!
Vesta
Gracias a la vida...gracias a ti. Besos! Gaby Treviño.
Mi querida y estimada Gaby:
Te agradezco profundamente, tu participación en "nuestro blog" y además, hago extensivo este agradecimiento a tod@s aquell@s que por una un otra razón, no se atreven a dejar un comentario, como los que haces tú que me motivan y me estimulan a seguir buscando temas que podamos coincidir y que interesen a todos, aún siguiendo con la temática general de este blog.
Espero con muchas ganas, una nueva visita tuya. Un beso muy grande y recuerda ¡ser feliz!
Vesta
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